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Crónicas Indígenas

Palma prestada, gloria seca

carlosmarmol · 26 diciembre, 2023 ·

Desde que algunos aristócratas y ciertos plebeyos de la prensa de Madrid han decidido bajar de la Meseta a la Marisma en busca de dinero (público), la imagen exterior del Gran Laurel ha mejorado mucho, hasta convertirse en uno de los asuntos favoritos de los tertulianos de parte –que son casi todos– y materia (recurrente) de unos extraordinarios, por exagerados, contenidos patrocinados que cantan las superlativas virtudes de su figura personal y los históricos logros de su gobierno. ¿A qué esperan para erigirle una estatua? Es tal la saturación de elogios que haría empalidecer la tarea de cualquier pregonero (profesional) delante de un atril, aunque exista quien aspire a combinar sin esquizofrenia ambas funciones, pensando que entre cantar a una imagen religiosa o a un prócer terrestre no existe excesiva diferencia, aunque la primera sea una veneración popular y la otra una salve pensionada.

Las Crónicas Indígenas en El Mundo.

‘Habemus niente’

carlosmarmol · 22 diciembre, 2023 ·

Es admirable, por no decir asombrosa, la facilidad con la que nuestros santos próceres (indígenas) devoran los guisos y aliños que ellos mismos se cocinan y se preparan. Igual que Juan Palomo, no hay día que no se examinen y se aprueben, que se juzguen y no se absuelvan, que se premien y se festejen en un bucle onanista –ese pecado bíblico– donde son los autores del libreto (de la farsa) y, al tiempo, los actores principales. Les sucede lo mismo que a esos costumbristas menores –vade retro, Satanás– cuando tienen que perpetrar un obituario: despachan al finado en dos míseras líneas y se dedican a hablar de ellos mientras los clarines del silencio consuelan al difunto que, desde el otro lado, ese sitio de donde ya no se vuelve, ven traicionada su memoria por la vanidad (patológica) de sus supuestos discípulos. Incluso el torero más cobarde merece un respeto porque se juega la vida; la cuadrilla, en cambio, no demasiado. 

Las Crónicas Indígenas en El Mundo.

Antonio Burgos, el costumbrista que inventó Sevilla

carlosmarmol · 20 diciembre, 2023 ·

Dentro de la cofradía de los costumbristas hispalenses (que no son exactamente los sevillanos) existe desde siempre, aunque esta eternidad pueda haber nacido, igual que el Juan Belmonte de Chaves Nogales, esta misma mañana, o como mucho antier, la convicción –por supuesto elevada a categoría de dogma– de que Sevilla no puede ni debe cambiar porque está hecha y terminada de una vez y para siempre desde hace siglos, igual que el Buenos Aires al que Jorge Luis Borges consideraba “tan eterno como el agua y el aire”, y cuya fundación (mítica) tenía por un cuento, porque en su memoria no era concebible un instante del tiempo en el que su ciudad, que en este caso es como decir su destino, no hubiera existido. Al igual que el escritor argentino, en el que se cruzaron las estirpes de los héroes de la independencia y una saga británica, el sable y la biblioteca, Antonio Burgos Belinchón (1943-2023), escritor y periodista, costumbrista mayor de la orden de la Sevilla Eterna, que esta mañana ha muerto con 80 años de edad en un hospital blanco, que es el verdadero color de la muerte, inventó su estirpe –la confluencia entre un padre sastre y una madre zapatera, instalados en el barrio de El Arenal de Sevilla, con raíces en El Viso del Alcor–, configuró un personaje (el hombre de El Recuadro, la sección del diario Abc donde comenzaría a publicar sus artículos, que después trasladaría a Diario 16 y a El Mundo) y terminó inventándose, en contra del primer mandamiento del propio gremio que presidía, una ciudad imaginaria –la Sevilla inmutable– que casi toda su generación todavía tiene por verdadera y que, como cualquier creación literaria, sólo existe en la prosa de sus libros y la tinta de sus artículos.

Las Crónicas Indígenas en El Mundo.

Cuento de Navidad

carlosmarmol · 19 diciembre, 2023 ·

La estadística, como todos sabemos, es un arte que se basa en simular exactitud para enunciar medias verdades que, con bastante frecuencia, suelen esconder engaños interesados. No hay político, sobre todo si pertenece a la sección de los diletantes, que no tenga un spin-doctor con una batería de números (manipulados) a mano para intentar edulcorar las cosas y presumir de aquello que no existe y además no pasa. George H. Gallup, creador del Instituto de Opinión Pública de Norteamérica, sostenía que podía probar la existencia de Dios estadísticamente. La medición de la atmósfera social es más eficaz (para los sofistas) que la metafísica. ¿Qué es la verdad? Las encuestas dicen que es lo que la gente cree o manifiesta. Aunque sea mentira. La realidad, sin embargo, que es la vacuna más eficaz contra los engaños, termina por imponerse.

Las Crónicas Indígenas en El Mundo.

Las sagas indígenas

carlosmarmol · 15 diciembre, 2023 ·

En el Antiguo Régimen, del que culturalmente hablando muchos no han salido todavía, los venerables señores feudales dejaban en herencia al primogénito de sus vástagos el mayorazgo nobiliario con su escudo y su sacro apellido, destinando al resto de hijos –mediante esa forma de persuasión que llamamos influencia social– un futuro cómodo, aunque inferior, merced a las rentas eclesiales y militares. La institución hereditaria, que oficialmente decayó a finales del siglo XVIII, coincidiendo con la Desamortización, concentraba en la cabeza de una misma estirpe las propiedades y los haberes acumulados por todos sus antecesores, perpetuando así los atributos de su infinito dominio. Jurídicamente, el mecanismo para trasmitir los privilegios terminó con la abolición de los señoríos, pero culturalmente ha seguido vivo desde entonces. Es además uno de los símbolos sociológicos de la Marisma, donde la política indígena –antes y ahora– no se entiende sin esta intensa pulsión familiar. 

Las Crónicas Indígenas en El Mundo.

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Ilustraciones: Daniel Rosell