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Literatura

Un panfleto (ilustrado) en defensa de Occidente

carlosmarmol · 11 julio, 2024 ·

Todas las revoluciones vienen a impugnar un determinado estado de cosas –buenas o malas– e imponen, por lo general a la fuerza, aunque no siempre lo muestren a través de la violencia, un statu quo distinto –el nuevo tiempo, un concepto de clara filiación evangélica– donde una parte de las masas son entronizadas de forma simbólica –a través de un cerrado y selecto grupo de representantes que se erigen en la vanguardia del movimiento– y otras, sobre todo las que se manifiestan de forma tibia, neutra o persisten en su independencia, son canceladas, denigradas y perseguidas. Muchas veces, hasta el martirio. Así es como demasiadas rebeliones (incluidas las justas) se han convertido en venganzas, pogromos e inmensas matanzas. Es curioso que, a lo largo de la Historia Universal, no hayamos conocido casi ningún cambio súbito de poder, a excepción de la revolución liberal, que entronca con el noble ideal de la primitiva democracia griega, que no se cobrase un sinfín muertos y donde los verdugos visten, con devoción abiertamente sacerdotal, con los inmaculados paños de los falsos santos.

Las Disidencias en The Objective.

Las edades de la novela

carlosmarmol · 7 julio, 2024 ·

Pensamos gracias a la magia del lenguaje. Describimos –y concebimos– la realidad a través de narraciones. Siendo cosas indudables, resulta inconcebible que en los planes educativos oficiales, en el posterior ejercicio profesional, e incluso en los avatares vitales, la literatura haya sido relegada , a un espacio secundario por los pedagogos –¡vade retro, Satanás!– y por una parte de la sociedad, orgullosa y segura de su ignorancia. La tecnología, al fin y al cabo, no es más que una forma de lenguaje (entre las máquinas). La ciencia no deja de ser un gran relato sobre la naturaleza. Todo esto ya lo sabían los clásicos, que establecieron como principios de la formación el trivium y el quadrivium, los ciclos de las siete artes liberales que fueron sistematizadas –cosa bastante curiosa– a partir del siglo VI gracias a Casiodoro, el discípulo de Boecio, cuando Grecia ya era un remoto recuerdo y Roma no existía. El trivium comprendía la tríada que forman la gramática, la retórica y la dialéctica. Todas disciplinas de la expresión. El quadrivium completaba esta formación en letras, que es la esencial, con la aritmética, la geometría y la música. Códigos que explican los números, las formas en el espacio y los sonidos.

Las Disidencias en Letra Global.

Retrato de Menéndez Pidal (con Juaristi al fondo)

carlosmarmol · 6 julio, 2024 ·

De las innumerables formas en las que puede describirse a un hombre, y son legión, a Ramón Menéndez Pidal (1869-1968), cuyo nombre acostumbra a venir antecedido del don, como si el tratamiento de respeto y la admiración en su caso fueran un sello de serie, igual que el haz que contiene los rasgos genéticos, le cuadraría el de sabio entre dos ingenuidades. Maestro de la filología, historiador de fuste, medievalista esforzado, su figura se presta a una biografía de época: la España que discurre, entre calamidades y alegrías, entre el último tercio del siglo XIX y el estallido del mayo francés, tras el cual se despidió de este mundo como burlándose de la lógica de los números redondos, con 99 años exactos, justo antes de alcanzar el siglo. No fue su única singularidad: otra consiste en haber pertenecido –sin que muchos lo recuerden– a la Generación del 98, que es la que estrena la Edad de Plata de la cultura española.

Las Disidencias en The Objective.

Apuntes sobre la melacolía en la sociedad digital

carlosmarmol · 3 julio, 2024 ·

Quien lo hace a diario, lo sabe: escribir en corto es más complejo, difícil y, a veces, hasta más sofisticado que hacerlo con una extensión libre o sin límite. Los formatos y los géneros breves exigen una altísima condensación de sentido –intelectual y retórica– que no demandan los libros largos, a los que Borges siempre miró con una inteligente desconfianza. El escritor argentino nunca publicó una novela porque no era amigo de los momentos de transición que requiere la narrativa de largo aliento, innecesarios en su formato preferido: el relato fantástico. Esta misma regla rige en el caso del ensayo: al margen de los argumentos que se expongan, la mejor literatura de ideas, igual que los poemas, requiere explicar las cosas con las palabras justas, aunque se prescinda de una exposición sistemática, y dominar un estilo en el que la divagación tenga un cierto rumbo o, al menos, un mapa de navegación.Nadie como los clásicos, maestros de la destilación inteligente, para escribir libros esenciales, bellos, breves y útiles, donde lo que se dice y cómo se dice se nutren mutuamente.

Las Disidencias en The Objective.

Gaziel, ‘Cathalonia’ y el libro de los espejismos

carlosmarmol · 29 junio, 2024 ·

El anhelo (secreto) de los intelectuales heterodoxos es convertirse (algún día) en ortodoxos. Todos los disidentes, sobre todo los profesionales, pertenecen a una de estas dos estirpes: por un lado están los apocalípticos sinceros, que impugnan el mundo en el que habitan movidos por la convicción, la fe en sus valores y un loable espíritu combativo –poca broma: la Historia es generosa en episodios donde se nos relata su martirio y exterminio–; por otro tenemos a los integrados in fieri, aquellos que hacen industria de su rebeldía con la confianza de que, una vez hayan sido derribadas las inmensas y vetustas columnas del templo de Jerusalén, igual que hizo Sansón, podrán alzar un tabernáculo acorde a su gusto. No son familias incompatibles: a menudo ambas se entreveran y se confunden a lo largo del tiempo. Agustí Calvet (1887-1964), más conocido por el pseudónimo de Gaziel, dedicó su tesis doctoral (en filosofía) a la figura de Fray Anselmo Turmeda, un fraile mallorquín de la orden franciscana que vivió entre el siglo XIV y el XV. Turmeda fue un personaje singular: escribió indistintamente en catalán y en árabe y, tras renunciar a la fe católica en favor del Islam, se refugió en Túnez, donde ejerció como traductor comercial (trujamán) y dirigió la aduana portuaria. La elección del personaje no parece casual: un teólogo bilingüe, hombre sabio del Medievo, capaz de combinar la alta cultura con la utilidad secular del comercio. Casi se diría que Turmeda fue una especie de lejanísimo precursor del catalanismo cultural que profesó Calvet desde tiempo antes de convertirse en uno los periodistas más brillantes de España a comienzos del siglo XX, junto a personajes tan colosales como Julio Camba, Manuel Chaves Nogales, Eugeni Xammar, Josep María de Sagarra, o Josep Pla.

Las Disidencias en Letra Global.

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Ilustraciones: Daniel Rosell