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Literatura

Philip Roth, pastoral de un libertino

carlosmarmol · 16 julio, 2022 · Deja un comentario

Uno de los gestos más evidentes de coquetería masculina, esa costumbre que aumenta a medida que los años menguan, es usar sombrero. El otro consiste en comenzar a preocuparse por esa ficción que denominamos posteridad: la huella que, acaso, dejaremos en aquellos que no han llegado a conocernos en persona. Ambos hechos muestran, al mismo tiempo, fortaleza e inseguridad. El primero porque aquel que piensa en su propio (non) plus ultra cree, con más o menos intensidad, que su persona merecería ser recordada y convertirse en perdurable; el segundo porque, en vez de que de dejar que el azar dicte el recuerdo, inevitablemente ambiciona controlar e imponer una determinada máscara. Cabe decir que quien dedica tiempo a estas cuestiones desearía ser inmortal, a pesar de la condena universal de la especie. ¿Puede condenarse a alguien por semejante anhelo? Diríamos que no: el narcisismo estéril más bien nos parece digno de ternura, aunque sostenido durante años pueda ser un vicio insufrible.

Las Disidencias en Letra Global.

Sombra y paraíso de la infancia

carlosmarmol · 2 julio, 2022 · Deja un comentario

La verdadera distancia entre el cielo y el infierno, más que geográfica o simbólica, es óptica. Para quienes no creen en ninguno de estos conceptos, proyecciones cristianas de referentes culturales paganos muy anteriores a los Evangelios, como el Olimpo o el Hades, su significado rige a través del cauce (mágico) de lo metafórico. En cambio, aquellos que profesan alguna fe (ciega) ven estos espacios morales –porque así son formulados por la doctrina católica– una realidad indudable, exacta y profética. La vida sería un mero tránsito entre ambas orillas, que representan los dos destinos esenciales de lo humano. Con la experiencia de la infancia, que es un estado sentimental, sucede algo análogo: hay quien la vive (o mejor dicho: la recuerda) como una etapa vital idealizada, sin peligros ni conciencia, feliz o paradisiaca, bien por su propia rotundidad o por la ignorancia con la que generalmente se habita, tan lejos aún de la preocupaciones adultas. La moneda tiene su reverso: infancias desgraciadas, marcadas por la carestía o la orfandad repentina, sesgadas debido a una fatídica anticipación: la irrupción prematura del mal en la esfera cotidiana.

Las Disidencias en Letra Global.

Max Aub y la España que olvidó la izquierda

carlosmarmol · 25 junio, 2022 · Deja un comentario

Para un escritor sólo hay un infierno más terrible que escribir en vano: que la huella que pueda quedar de su obra, aquella capaz de sobrevivir al desgaste del tiempo, se interprete de forma antagónica, sesgada o interesada al verdadero significado que la alumbró. Peor que no ser recordado en absoluto es haber sido manipulado. Max Aub (1903-1972) ha pasado a la historia de la literatura española como una de las voces más importantes de la generación del exilio, formada por honestos republicanos de convicción que, tras el final de la Guerra Civil, decidieron no regresar mientras su país fuera un predio militar franquista. Un cuartel. Esta España peregrina, poblada por personas de toda condición, creencias e ideología, se vio obligada a buscar amparo y refugio en otras latitudes europeas y latinoamericanas. No se jugaba el porvenir. Arriesgaban la vida misma. La derrota bélica en la contienda española obligó a algunos los mejores escritores y pensadores españoles de aquellos momentos a buscar  resguardo al otro lado del océano, dada la imposibilidad de quedarse en España y trabajar con libertad.

Las Disidencias en Letra Global.

Baudelaire, pantomima sobre esmalte

carlosmarmol · 11 junio, 2022 · Deja un comentario

“Puedo convertirme en un grande, pero también puedo extraviarme y no dejar más reputación que la de un hombre singular”. Siete años antes de morir, en junio de 1860, devorado por la combinación de una parálisis súbita (causada por la sífilis), una afasia y una hemiplejía, Charles Baudelaire expresaba en una carta a su madre sus aspiraciones de eternidad como artista, tamizadas por un sólido sentido del realismo que le hacía pensar que la diferencia entre alcanzar el Parnaso y morir en el fondo de callejón húmedo depende, al cabo, de un mero golpe de suerte. La idea encaja bien con la época que le tocó vivir: la modernidad más temprana, un universo en formación, que estallaba haciéndose de nuevo. Sin fronteras precisas. Donde lo excelso cohabitaba con lo abyecto, la vulgaridad convivía con el idealismo y las pulsiones carnales no se distinguían mucho de los quebrantos que anunciaba la vieja y cristiana teoría del pecado. El catolicismo ya era una creencia muerta, pero sus amenazas sobre el Infierno (tan terrestre) habían sobrevivido al deceso de Dios.

Las Disidencias en Letra Global.

Francisco Umbral y el punto de fuga

carlosmarmol · 4 junio, 2022 · Deja un comentario

de los anhelos íntimos de cualquier escritor es fijar, de forma absolutista y soberana, la exégesis de su obra. Su interpretación canónica. El significado del legado que, casi siempre de forma egoísta, aspira a dejar a la posteridad, en caso de que exista semejante cosa. Esculpir la huella individual y condicionar –para siempre– el sentido de sus palabras ante sus posibles herederos, principalmente los lectores, puede ser una tarea tan obsesiva y tiránica como la práctica de la escritura, esa tortura (gozosa) que se vive en soledad. No deja de ser un afán contradictorio: quien se dedica a escribir literatura debería aceptar de buen grado, aunque rara vez suceda, la servidumbre que implica que su obra pueda ser comentada, discutida, incluso manipulada; una vez escrita, es propiedad moral de su público, aunque los derechos de autoría, antes de caducar y pasar al dominio público, reverberen en su persona o vayan en beneficio sus deudos, especialmente las viudas, cuando se trata de un hombre. La tarea, sin duda, tiene algo de quimera: los guardianes del tesoro –la ley de cualquier vida terrestre es la extinción– desaparecerán antes o después e, incluso si otros suceden a los precursores en estas funciones de custodios y cancerberos del patrimonio ajeno –el talento, ya se sabe, no se hereda–, las huellas personales irán desdibujando sus límites en esa playa de arena mojada que es el tiempo.

Las Disidencias en Letra Global.

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Ilustraciones: Daniel Rosell