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Literatura

¡Vivan los años setenta!

carlosmarmol · 1 febrero, 2020 · Deja un comentario

Todo lo que sube, desciende. El idealismo, en cualquiera de sus variantes, conduce antes o después al prosaísmo. El principio mecánico que alimenta esta ley es indudablemente físico, pero también de índole cultural. Quizás por eso a los años sesenta del pasado siglo XX, ese extraordinario tiempo (pasajero) en el que parecía que los sueños podían transformar el mundo, cuando sucedía la gran revolución de la cultura popular en Occidente, triunfaba la lucha por los derechos civiles y se extendían por todas las clases sociales, igual que un fluido ambiental, las hermosas reivindicaciones hippies, que ofrecían un falso paraíso sin agua corriente lleno de paz, drogas y sexo (con flores en el pelo), dieron paso, en la década posterior –los caóticos setenta– a un universo marcado por el deterioro social y económico, el desengaño y la irrupción dentro del cuadro colorista previo de la vulgaridad como destino.

Las Disidencias en #LetraGlobal.

La memoria (sentimental) de Manuel Vilas

carlosmarmol · 25 enero, 2020 · Deja un comentario

Lo escribió Félix Grande en unos versos (portentosos) de su libro Música amenazada: “Donde fuiste feliz alguna vez / no debieras volver jamás: el tiempo / habrá hecho sus destrozos, levantando / su muro fronterizo / contra el que la ilusión chocará estupefacta / El tiempo habrá labrado,/ paciente, tu fracaso / mientras faltabas, mientras ibas / ingenuamente por el mundo / conservando como recuerdo / lo que era destrucción subterránea, ruina”. Ok. De acuerdo. ¿Y qué ocurre con los lugares donde hemos sido profundamente desgraciados? ¿Merecen volver a ser visitados? La respuesta a esta pregunta depende del carácter personal de cada cual, que, como sabemos desde Heráclito, es la ecuación secreta de nuestro destino, esa incógnita sin solución. Hay quien piensa que sí: que todo lo vivido de verdad, a fondo, merece resucitar de alguna u otra forma mediante al ejercicio prodigioso de la memoria. Otros, escépticos, coinciden con la visión de Grande: la vida nunca se repite nunca igual y, justo para soportar tan amargo trance, es necesario desprendernos de las cosas y hasta de las personas sin demasiados ceremoniales. Sin lágrimas. Sin nostalgias. “Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo”, escribió Marco Aurelio en sus Meditaciones.

Las Disidencias en #LetraGlobal.

La identidad (cultural) del Sur

carlosmarmol · 19 enero, 2020 · Deja un comentario

El primer rasgo de la cultura andaluza, para espanto de quienes todavía vinculan la identidad social con el ejercicio de la creación individual, es que no existe. Es una ficción. Esto, que puede parecer una provocación porque cuestiona el principio sobre el que se ha construido el relato oficial de la gran autonomía meridional de España, resulta una evidencia: si hay un denominador entre las diferentes expresiones culturales que tienen su origen en el Sur es la voluntad de que su influencia no se limite al lugar de donde surgen. El fuego del hogar, origen de las civilizaciones ancestrales, y cuyo imaginario sigue presente con fuerza en la cultura de Andalucía, explica la historia, pero no el presente –y tampoco el porvenir– de las formas de sentir que se practican en sus ocho provincias, que a su vez se subdividen en distintos universos: rurales unos, urbanos otros; litorales y de interior, orientales y occidentales.

Un artículo para el Suplemento Cultura/s de La Vanguardia.

Días y versículos

carlosmarmol · 19 enero, 2020 · Deja un comentario

No existe una tarea intelectual más difícil –y usamos este término de forma plenamente consciente– que escribir con sencillez y honestidad retórica. En el ejercicio de la escritura, esa condena de galeotes, lo más natural, paradójicamente, es aquello que no lo es: caer (sin remedio) en el pecado mortal de la grandilocuencia. Quienes no están acostumbrados a enfrentarse al papel en blanco con una actitud profesional tienden en cuanto se presenta la más mínima ocasión –o la obligación– a ponerse estupendos, venirse arriba de inmediato y adornarse en exceso. Suele pasar, sobre todo, cuando uno cree que va a decir cosas trascendentes. El resultado es una prosa con sobrepeso, incapaz de coger el vuelo (incluso con el viento a favor), que no fluye y que, para colmo, envejece mal. Siempre. Si repasamos la nómina de los supuestos grandes estilistas de nuestra literatura más reciente, esta ley se cumple de forma inmisericorde: muy pocos de ellos son legibles pasadas unas décadas. Unos, porque en realidad nunca fueron buenos; sólo lo parecían. Y otros, porque obviaron que con el transcurso de los días el lenguaje cambia –igual que nosotros– para siempre, convirtiendo en añejo lo que se creía novedad. De ahí que muchísimos escritores que en su día fueron criticados (sobre todo por sus propios contemporáneos) por escribir de forma deficiente sean los que mejor han soportado el desgaste de los años. Es el caso de Baroja. O también el de Roberto Arlt, escritores plebeyos que decían lo que sentían sin detenerse en adornos o imposturas, buscando la fuerza de la sinceridad y la expresión que brota espontánea, clara y diáfana.

Las Disidencias en #LetraGlobal.

Trapiello, paisaje con figuras

carlosmarmol · 11 enero, 2020 · Deja un comentario

Andrés Trapiello es, sin duda, el más clásico de los escritores hispánicos. Entiéndase bien: tal categoría no nombra tanto a su condición de escritor excepcional –una gracia que cielo ha negado a otros muchos de sus contemporáneos–, sino a su adscripción (voluntaria) a una noble estirpe que arranca con Cervantes y se extiende, al menos, hasta los años ochenta, cuando el ejercicio de las letras todavía no se entendía necesariamente como una ruptura gratuita con la tradición, sino como una reforma o, mejor dicho, una inteligente reinvención. Tras décadas de trabajar a contracorriente, generalmente en soledad, midiendo cada paso y con una constancia casi categórica, el escritor leonés (que es extremeño de devoción y madrileño por elección) ha logrado situarse en el punto exacto donde habitan los grandes.

Las Disidencias en #LetraGlobal.

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Ilustraciones: Daniel Rosell