La vida es lo que te pasa por delante mientras haces el periódico. Un buen día el diario que siempre habías querido desaparece (aunque siga publicándose; esto ya es lo de menos) y te quedas solo, desnudo frente a la vida, tan ancha como ajena. Da cierto vértigo. Aunque mirándolo despacio, con sosiego, la inseguridad repentina nos regala una grata enseñanza: la existencia y la libertad valen bastante más que cualquier periódico. El problema, de cualquier forma, no es del mundo. Nunca lo es: el mundo siempre ha sido así. El problema sólo es de uno. De nadie más. Por otra parte, el pecado original resulta a todas luces imperdonable: no debe quererse como si fuera algo propio aquello que en realidad siempre fue ajeno. Es un lujo que uno no puede permitirse ni en el orden espiritual. Aunque sin experimentar por lo menos una sola vez en la vida este noble sentimiento no es posible construir nada perdurable. Puro. Auténtico. Mucho menos un diario, que debe ser el espejo de la realidad.
carlosmarmol
- « Ir a la página anterior
- Ir a la página 1
- Páginas intermedias omitidas …
- Ir a la página 492
- Ir a la página 493
- Ir a la página 494