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Letra Global

Stefan Zweig, la literatura admirable

carlosmarmol · 19 julio, 2020 · Deja un comentario

El acto intelectual supremo, la cúspide del pensamiento humano, es la lectura y su más glorioso derivado: la escritura. Toda la esencia de la civilización humana está condensada, resumida, concentrada, en este doble suceso íntimo que consiste en descifrar en silencio un libro y, acto seguido, en un ejercicio de emulación creativa, componer otro, alimentando esa rueda secular que llamamos tradición cultural. El resto, como diría el clásico apócrifo, sólo es música ambiental. Stefan Zweig (Viena, 1881-Petrópolis, 1942) lo entendía –o quizás sería más correcto decir que lo sentía– así, y aunque haya pasado a la historia como un soberbio escritor de biografías y un memorialista descomunal –léase El mundo de ayer, donde reconstruye el auge y caída de la extraordinaria Europa de su tiempo– es en sus escritos sobre crítica literaria donde de forma más directa muestra la devoción que sentía por libros, autores, historias, traducciones y proyectos editoriales. Acantilado, la firma que fundase Jaume Vallcorba, cuya labor editorial, hecha desde Barcelona, contribuye a que el trato con los grandes nombres de la cultura nos convierta en ciudadanos conscientes, reúne ahora en un volumen una selección de los ensayos literarios –entiéndase desde el punto de vista temático– que el escritor austriaco dedicó a libros y autores predilectos, desde Goethe, padre del canon germánico, hasta James Joyce, a quien además de Ulysses y el Retrato del artista adolescente debemos una hermosísima composición musical –Bid Adieu To Girlish Days– que evoca, igual que la prosa de Zweig, la nostalgia por el pretérito de una cultura paneuropea que lo tuvo todo para deslumbrar al mundo, pero cuya historia se asemeja al canto de un cisne.

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Una democracia sin moral

carlosmarmol · 12 julio, 2020 · Deja un comentario

Los grandes escritores moralistas, desde la tradición francesa que comienza en el siglo XVII y termina con la Ilustración, hasta los momentos contemporáneos, que no son exactamente los presentes, sino los que dieron forma a nuestro pasado más inmediato, gozan de una injusta consideración en la era fragmentaria y líquida de la posmodernidad. Se les tiene por anacrónicos. Aún más: como voluntariosos dogmáticos, aunque el significado de ambos adjetivos no tenga ningún sentido cuando se enuncia desde el cómodo sofá del relativismo, que sustituye el pensamiento por el interés partidario. La democracia española, esa imperfecta hija de la Transición, resultado de una reforma política hecha desde arriba hacia abajo, y que se cuidó de no convertirse en ruptura, vive, más de cuatro décadas después de su instauración, una crisis cultural sistémica. ¿Por qué Hay un relato al respecto, construido desde dentro, que describe la coyuntura actual como un un cuento de guerra: el castillo democrático, tal y como lo conocemos, estaría siendo objeto de un ataque liderado por los nacionalismos y los nuevos populismos, en apariencia de perfil antagónico pero semejantes en sus formas retóricas y sus actos políticos.

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Dylan, autorretrato crepuscular

carlosmarmol · 4 julio, 2020 · Deja un comentario

El rostro de una persona es como un universo. La cara de un genio tiene la forma de una galaxia. La fisonomía que caracteriza a ambos personajes –el hombre vulgar, el misterioso artista– condensa rasgos genéticos y una gestualidad cuyo origen puede perderse en la noche de los tiempos. Todos hemos sido antes otros. Al mismo tiempo, somos seres irrepetibles. Por eso buscar rastros biográficos en el arte, que es una forma de crítica bastante extendida, es una pérdida de tiempo: aunque una creación nazca de lo referencial, la alquimia del arte transformará la experiencia subjetiva en algo que ya no es lo que parece. Un cuerpo distinto. Un objeto con vida autónoma. El último disco de Bob Dylan, Rough & Rowdy Ways, editado tras cumplir los 79 años, y después de haber recibido el Nobel de Literatura, discurre por este ambiguo sendero donde lo biográfico se difumina en un flujo de sonidos, acústicas y versos que evocan un mundo desaparecido. Es una obra inteligente, casi grandiosa. El músico norteamericano, consciente de que el tiempo mengua, nos entrega una colección de epitafios, despedidas (irónicas) y reflexiones burlescas sobre una vida que se acerca a la hora del crepúsculo no con tristeza o melancolía, sino con un hondo sentido de la dignidad humana y estoicismo, esa sabiduría tan ejemplar.

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Ruiz Zafón y el ‘best-seller’ posmoderno

carlosmarmol · 27 junio, 2020 · Deja un comentario

Hace falta una indudable habilidad para fabricar un best-seller. Esta evidencia, que todavía es puesta en cuestión por una parte del reseñismo editorial, tan aficionado a fusilar las notas de prensa, añadiendo además sin apuro la firma del transcriptor indiscreto, no significa que los libros concebidos para vender sean necesariamente buenos, pero tampoco desmiente su opuesto: su eficacia contrastada para lograr lo que se proponen, que es llegar al máximo número de lectores posibles, en especial aquellos que no son propiamente lectores, sino diletantes de la lectura. Por supuesto, siempre habrá quienes equiparen de forma mecánica la cantidad con ese concepto tan subjetivo que es la calidad literaria –especialmente en la cúpula de ciertas editoriales–, pero sería una gigantesca impostura negar, como suele hacerse en determinados ámbitos culturales, que un escritor –si de verdad lo es– no sueñe con llegar a todos los públicos. Del underground, como de las drogas, también se sale.

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Bukowski, el pornógrafo ilustrado

carlosmarmol · 20 junio, 2020 · Deja un comentario

El lugar común, convertido desde hace mucho tiempo en la herramienta recurrente de una parte del reseñismo editorial –la crítica literaria es otra cosa– sostiene que las narraciones de Charles Bukowski (Andernach,1920-San Pedro,1994) forman parte del deslumbrante universo de la contracultura norteamericana, ese reverso del mito del sueño americano. Convendría pararse a pensar antes de asumir tal afirmación. ¿Acaso los autores que cuestionan el idealismo no participan también de la estirpe cultural de los Estados Unidos? Sin duda. Los escritores que desconfían de los principios de meritocracia, progreso y triunfo son parte del pedestal de la estatua, que se sostiene no sólo por sus luces, sino con la esencial colaboración de sus sombras. Es una cuestión estadística: por cada triunfador que emerge de la nada existen miles de perdedores que desmienten la mayor, sin anularla. Los héroes, en efecto, sustentan su épica –y esta norma opera asimismo en el caso de los antihéroes– en la excepcionalidad que implica su ascensohacia la cima, que puede comenzar en el fondo de un pozo. O con una frase así: “Cuando te encuentras a un hombre que no se molesta en trabar una conversación normal tienes ante ti a un tipo salvaje, a un tipo de pura cepa”.

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Ilustraciones: Daniel Rosell