• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
carlosmarmol.es

carlosmarmol.es

Periodismo Indie

  • Inicio
  • Biografía
  • Periodismo
    • El Correo de Andalucía
    • Diario de Sevilla
    • El Mundo
    • Crónica Global
    • La Vanguardia
  • Literatura
    • Libros
    • Revistas
  • Filología
    • La retórica del prosaísmo
    • Academia
  • Dirección Editorial
    • Letra Global
    • Revista de Occidente
    • Orpheus
    • Geographica
  • Bitácoras
    • Disidencias
    • Cuadernos del Sur
    • Los Aguafuertes
    • Las Tribunas
    • Crónicas Indígenas
    • La Noria
    • Cuadernos Apátridas
  • Contacto
  • Show Search
Hide Search

Periodismo

Mariana Enríquez y la mitología de boliche

carlosmarmol · 30 diciembre, 2022 · Deja un comentario

A determinada edad, una vez (de)mediada la madurez, uno aprende que cumplir años trae, además de nuevos quebrantos, distintos privilegios. El primero es continuar vivo. Pisar la tierra. Respirar. El segundo consiste en saber con quién puedes ir a tomar café –lo que implica también su contrario– y el tercero, last but not least, asesinar sin complejos los viejos mitos de la juventud y la adolescencia, quedándote únicamente con los imprescindibles. Esta purga, que viene a ser algo así como revolver los fantasmas del pasado, tiene la ventaja de destilar las influencias realmente perdurables. Prescindes de los caprichos pasajeros e instauras, ya para siempre, como un monarca absoluto, el rosario de tus devociones vitales. La lista, por supuesto, se reduce y mengua, pero casi siempre mejora: los libros, canciones, personas, trabajos, costumbres y vicios que te han acompañado hasta ese instante, aquellos que con el tiempo forman parte de tu sustancia, se asientan definitivamente. Ya sabes cuál es tu canon íntimo. Crecer es expurgar tu propio Parnaso. Y, al igual que cuando ordenas un cuarto, al terminar la tarea descubres que la perfección tiene un rostro minimalista. Todos podemos vivir –y sobrevivir– con pocas cosas. Basta descubrir cuáles son las esenciales. 

Las Disidencias en Letra Global.

Julio Camba o el periodismo de Bizancio

carlosmarmol · 8 octubre, 2022 · Deja un comentario

Desde que Georges-Louis Leclerc, conde de Buffon, pronunciase su frase más celebrada –“El estilo es el hombre”–, e incluso desde mucho antes, se sabe que a la hora de contar las vivencias de cualquier escritor es requisito obligado detenerse, además de en sus peripecias vitales, que es la materia esencial de los biógrafos, en los secretos de su escritura. No se trata de un mero capricho: lo que hace único –para bien y para mal– a un autor es su estilo, su mirada, su exacta expresión. La regla cobra mayor trascendencia si se trata de un escritor de periódicos, ese género bastardo que atraviesa toda la modernidad, porque, y esto lo ignoran muchos historiadores y más periodistas, el mejor articulismo, que formalmente no cuenta con ningún rasgo discursivo que lo diferencie de otras prosas –a pesar de la insistencia de los tratadistas sobre la materia, que buscan un unicornio que no existe–, responde siempre a la configuración de un determinado ethos. Sin este carácter (entiéndase desde la perspectiva retórica) no existe el columnismo, ni la crónica, ni la autoría en términos artísticos.

Las Disidencias en Letra Global.

Francisco Umbral y el punto de fuga

carlosmarmol · 4 junio, 2022 · Deja un comentario

de los anhelos íntimos de cualquier escritor es fijar, de forma absolutista y soberana, la exégesis de su obra. Su interpretación canónica. El significado del legado que, casi siempre de forma egoísta, aspira a dejar a la posteridad, en caso de que exista semejante cosa. Esculpir la huella individual y condicionar –para siempre– el sentido de sus palabras ante sus posibles herederos, principalmente los lectores, puede ser una tarea tan obsesiva y tiránica como la práctica de la escritura, esa tortura (gozosa) que se vive en soledad. No deja de ser un afán contradictorio: quien se dedica a escribir literatura debería aceptar de buen grado, aunque rara vez suceda, la servidumbre que implica que su obra pueda ser comentada, discutida, incluso manipulada; una vez escrita, es propiedad moral de su público, aunque los derechos de autoría, antes de caducar y pasar al dominio público, reverberen en su persona o vayan en beneficio sus deudos, especialmente las viudas, cuando se trata de un hombre. La tarea, sin duda, tiene algo de quimera: los guardianes del tesoro –la ley de cualquier vida terrestre es la extinción– desaparecerán antes o después e, incluso si otros suceden a los precursores en estas funciones de custodios y cancerberos del patrimonio ajeno –el talento, ya se sabe, no se hereda–, las huellas personales irán desdibujando sus límites en esa playa de arena mojada que es el tiempo.

Las Disidencias en Letra Global.

Joan de Sagarra, diez céntimos de soledad

carlosmarmol · 13 noviembre, 2021 · Deja un comentario

Uno de los privilegios del ensayo, escribe Joan de Sagarra citando a Joan Fuster, inventor del valencianismo militante, es la insolencia. “Un mínim de insolència”. Otro tanto puede –y debe– decirse del articulista atorrante, que es ese señor que, a falta de espacio disponible, y debido a la ausencia de dotes, motivación y tiempo, en lugar de dedicar un libro a un tema importante opta por derramarse en las infinitas variaciones –todas ellas fragmentarias, igual que una fuga musical– que tolera el arte de la columna de periódico. Sagarra (París, 1938) es uno de los indudables maestros del género en la prensa de Barcelona.

Las Disidencias en Letra Global.

José Antonio Montano, formas de leer

carlosmarmol · 31 octubre, 2021 · Deja un comentario

Leer, sin ningún género de dudas, es el acto más punk que existe. En un momentum catastrophicum en el que se habla de oídas, las referencias culturales son una forma más de atrezzo, en lugar de fuentes de conocimiento; decir la verdad molesta (especialmente a los mentirosos) y pensar por uno mismo –errores incluidos– se considera una inconveniencia, escribir un elogio de cuatrocientas páginas sobre la lectura, esa forma de vivir pensando, parece un ejercicio de impertinencia. Un soberbio gesto de rebeldía. Y, efectivamente, lo es. Porque escribir sobre un mundo que, según algunos, ha pasado a la historia –y sin embargo es nuestra historia, la de aquellos que seguimos leyendo en contra de los factores ambientales– tiene algo de vocación melancólica, sí, pero también es una manera de resistir, de no dimitir de nosotros mismos. De perdurar, en suma, hasta que el tiempo nos pase por encima. No es pues extraordinario que la reivindicación de la lectura como escuela de educación sentimental, forja del carácter, reconstrucción de uno mismo (algo que, si se ha vivido de verdad, toca hacer con demasiada frecuencia) se enuncie en primera persona del singular.

Las Disidencias en #LetraGlobal.

  • « Ir a la página anterior
  • Ir a la página 1
  • Páginas intermedias omitidas …
  • Ir a la página 3
  • Ir a la página 4
  • Ir a la página 5
  • Ir a la página 6
  • Ir a la página 7
  • Páginas intermedias omitidas …
  • Ir a la página 14
  • Ir a la página siguiente »

carlosmarmol.es

Copyright © 2025

Linkedin | Medium | Academia | Twitter

Soundcloud | Pinterest | Youtube

Ilustraciones: Daniel Rosell