La Querida Presidenta (en funciones) tiene una forma singular de entender la democracia y, por extensión, la aritmética. Siempre en su beneficio, nunca en el nuestro. No sé si piensa que los andaluces ignoramos el manejo básico de los números o acaso cree que nuestra brújula para las mayorías anda algo nublada, como el tiempo, porque de otra manera no se comprende la lectura tan sumamente egocéntrica con la que, tras días de silencio y cofradías, y después de un sinfín de encuentros con los actores políticos del susanato, todos ellos con el mismo guión, se ha descolgado en una televisión de ámbito nacional.
Las Crónicas Indígenas del lunes en El Mundo.