• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
carlosmarmol.es

carlosmarmol.es

Periodismo Indie

  • Inicio
  • Biografía
  • Periodismo
    • El Correo de Andalucía
    • Diario de Sevilla
    • El Mundo
    • Crónica Global
    • La Vanguardia
  • Literatura
    • Libros
    • Revistas
  • Filología
    • La retórica del prosaísmo
    • Academia
  • Dirección Editorial
    • Letra Global
    • Revista de Occidente
    • Orpheus
    • Geographica
  • Bitácoras
    • Disidencias
    • Cuadernos del Sur
    • Los Aguafuertes
    • Las Tribunas
    • Crónicas Indígenas
    • La Noria
    • Cuadernos Apátridas
  • Contacto
  • Show Search
Hide Search

Literatura

No pongas tus (interesadas) manos sobre Chaves Nogales

carlosmarmol · 11 mayo, 2024 ·

La historia de la literatura se asemeja mucho a un sistema montañoso. Una sucesión de cordilleras que se subdividen en conjuntos de montañas, a partir de las cuales se suceden los altiplanos y se definen los valles. En las zonas fértiles crece la agricultura. En las yermas habita el páramo. La orografía de las letras contiene cimas inalcanzables –Himalayas y Aconcaguas– cuyas antítesis son las simas. Entre ambas existe una especie de clase media: elevaciones del terreno –discretas unas; superiores a la media, otras– donde encontramos, en mayor o menor medida, vida (inteligente). No en vano, por algo los clásicos situaban en el monte Parnaso –la cumbre que todavía se alza al Norte del golfo de Corinto, no muy lejos de Delfos– la residencia de los grandes poetas, en vecindad con el dios Apolo y las Musas. La geología, como la diosa Fortuna, es una dama caprichosa. Sólo así se explica que un escritor y periodista como Manuel Chaves Nogales (1897-1944), del que estos días se ha cumplido el 80 aniversario de su muerte, en Londres, en una tumba sin nombre, haya sido durante décadas un absoluto desconocido para –a partir de los años noventa– asomar como una rareza y convertirse, en los últimos veinte años, en toda una celebridad.

Las Disidencias en The Objective.

Mariana Enríquez: terrores cotidianos, miedos naturales

carlosmarmol · 10 mayo, 2024 ·

“A los verdugos” –escribió Jean Paul Sartre– “se les reconoce fácilmente: todos tienen cara de pánico”. A partir del terror y sus variantes –miedo, desazón, inquietud, paranoia, temblor, zozobra– puede escribirse una historia cultural sobre las desgracias del hombre. Sin idealizaciones, pedestre, porque no existe nada más terrestre que la destilación secular del pánico. Todas las civilizaciones profesan miedos que explican sus valores. Lo mismo pasa con los individuos: dime a qué temes y definirás aquello que eres, o en lo que te vas a convertir. Si seguimos la obra narrativa de Mariana Enríquez (1973), paralela a su labor periodística –parte de cuyos mejores trabajos fueron seleccionados por Leila Guerreiro en la antología El otro lado (Anagrama)–, descubriremos que la topografía de espantos que habita en sus libros tiene un sentido, no diremos que filosófico, pero sí conceptual.
¿Qué es el miedo? Nosotros mismos. El terror es lo que hemos sido y, también, lo que ahora mismo encarnamos.

Las Disidencias en Letra Global.

El ‘Molt Honorable Senyor’ Francisco Rico, un sabio ‘princeps’ que nunca dejaba de fumar

carlosmarmol · 4 mayo, 2024 ·

“Yo no he trabajado nunca. Nunca he buscado nada. Todo me ha venido dado. Cualquier día se acabará mi Fortuna”. Francisco Rico Manrique (1942-2024) acostumbraba a fingir una modestia desinteresada. Al mismo tiempo, practicaba una seguridad pasmosa y orgullosa que escondía –quien lo conoció, lo sabe– una secretísima ternura. Para muchos de sus amigos era el típico sentimental que camufla  debajo de una máscara de falsa suficiencia una sensibilidad excesiva. Es una manera como cualquier otra de protegerse de los zarpazos de la vida. En su caso, sin embargo, los hechos avalan la leyenda. Lo dejó dicho Dutton Peabody, el periodista de El hombre que mató a Liberty Valance, la película de John Ford: entre la verdad y la leyenda siempredebe imprimirse la última. Barcelonés (ma non troppo), educado por los Escolapios de la calle Balmes, sufridor (sin rencor) de la educación del nacional-catolicisme (la versión catalana de la doctrina franquista de posguerra), el catedrático de la Universidad Autónoma encarnó a un personaje irrepetible y fascinante que, desde el mundo académico, donde toda vanidad ridícula tiene su asiento, por decirlo a la manera de Cervantes, se dedicó a leer y a estudiar con un ánimo hedonista, colosal y omnívoro que, con los años, haría de su persona el príncipe de la filología española. Probablemente el último. Un fin de raza.

Las Disidencias en Letra Global.

Por qué la verdad se ha vuelto subversiva

carlosmarmol · 4 mayo, 2024 ·

En Songs for Drella, el disco que Lou Reed y John Cale dedicaron a Andy Warhol, su antiguo mentor desde los tiempos de The Velvet Underground, al que apodaban con un nombre obtenido de la malévola combinación de las palabras Drácula y Cenicienta, hay una canción (Trouble With Classicists) que evoca los reparos que el maestro del pop art sentía ante los clásicos: “The trouble with a classicist he looks at a tree / That’s all he sees, he paints a tree / The trouble with a classicist he looks at the sky / He doesn’t ask why, he just paints a sky”. En efecto: un clasicista es, sobre todo, un realista, igual que debe serlo un periodista o cualquiera que no tenga por costumbre colgarse todos los días (sin pisarla) del quicio de la luna. Un realista contempla un árbol y pinta un árbol. Un realista mira el cielo y lo que reproduce (en un lienzo) o describe (con palabras) es ese cielo. Todos los maestros antiguos, igual que el gran Antonio López, son artistas figurativos. Se atienen estrictamente al mundo que está a su alrededor, ya sea la Gran Vía de Madrid, un rincón de Tomelloso o una esquina de Nueva York.

Las Disidencias en The Objective.

Salman Rushdie, la vida después del cuchillo

carlosmarmol · 2 mayo, 2024 ·

La muerte es la última transformación. El viaje definitivo. Un salto al vacío sin la certeza de un destino ni el consuelo del retorno. Cuando ella está, nosotros desaparecemos. Y al revés: vivimos cuando su ausencia todavía es un hecho, aunque nunca deje de ser una hipótesis. Podemos imaginarla de todas las formas posibles porque, al hacerlo, aún es una abstracción. En cambio, no es nada fácil escribir sobre sus vísperas, narrar el instante en el que abandona el territorio de las suposiciones para convertirse en nuestro irremediable destino. Salman Rushdie (Bombay, 1947) ha decidido hacerlo después de regresar milagrosamente desde el quicio mismo de la eternidad, dos años después –la maligna efeméride se cumplirá el próximo 12 de agosto– del sangriento atentado que tuvo lugar en la ciudad de Chautaqua (Nueva York), donde el escritor británico sufrió un ataque 34 años después de publicar Los versos satánicos, la novela blasfema que en 1988 mereció una fatwā del régimen teocrático iraní lanzada urbi et orbi por el imán Jomeini tras acusarlo de atacar al Islam.

Las Disidencias en Letra Global.

  • « Ir a la página anterior
  • Ir a la página 1
  • Páginas intermedias omitidas …
  • Ir a la página 26
  • Ir a la página 27
  • Ir a la página 28
  • Ir a la página 29
  • Ir a la página 30
  • Páginas intermedias omitidas …
  • Ir a la página 133
  • Ir a la página siguiente »

carlosmarmol.es

Copyright © 2025

Linkedin | Medium | Academia | Twitter

Soundcloud | Pinterest | Youtube

Ilustraciones: Daniel Rosell