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Política

La muerte (clínica) del PSOE andaluz

carlosmarmol · 29 mayo, 2020 · Deja un comentario

“Por justa que sea la causa del vencedor o la del vencido, el mal que causan tanto la derrota como la victoria es inevitable”. Son palabras de Simone Veil, la primera mujer que presidió el Parlamento de Estrasburgo, superviviente del holocausto nazi. Sabía bien de lo que hablaba. Pasar por Auschwitz no es inocuo: hace que todas las palabras adquieran otro sentido. Según su afirmación, existen las mismas razones para recordar los triunfos y las derrotas, aunque los primeros –al decir de Aristóteles– tengan un sinfín de padres (en general, impostores) y las segundas se consideren hijas huérfanas, a pesar de las indudables enseñanzas que procuran a quienes las padecen, que son justo las que las victorias nos ocultan. Susana Díaz, jefa (nominal) de los socialistas andaluces, no tiene mucho que conmemorar este mayo que camina hacia sus postrimerías. Y, sin embargo, en esta fecha se cumple el primer aniversario de un hecho relevante: el ‘momentum catastrophicum’ en el que el PSOE andaluz, bastión sentimental de toda la federación socialista y cantera de la generación que permitió alcanzar el poder en 1982, pasó simbólicamente a la historia.

Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.

El casino de Casablanca

carlosmarmol · 27 mayo, 2020 · Deja un comentario

Lo diremos a la manera de Chuck Berry: «Cuando digo blues, quiero decir blues. ¿Queda claro?». Igual de categórico ha sido el arranque de la famosa comisión parlamentaria de la Grande Alleanza, cuyo nombre parece una división de la masonería pero, en realidad, iba a ser -hasta el lunes- el foro institucional clave para «reconstruir» la Marisma, que sin turismo y con los bares cerrados vuelve a ser lo que siempre fue: pobre. La única diferencia con los tiempos pretéritos es que ahora gozamos de una autonomía que no es tal (sin dinero, la dependencia es un castigo perpetuo) y contamos con un sinfín de diputados -léase empleados de los partidos- que cobran mucho (dado lo que hacen y lo que son) y no arreglan nada. Legislar es una tarea que a la mayoría de los electos les viene grande. Mucho. Las Cinque Piaghe no funcionan, básicamente, porque los partidos son incapaces de escucharse y se pasan el día lanzándose vetos cruzados y jugando a ser los guiñoles de un teatrillo absurdo que no le importa a nadie.

Las Crónicas Indígenas en El Mundo.

España y las tribus morales

carlosmarmol · 25 mayo, 2020 · Deja un comentario

El concepto procede del mundo de la programación informática, se conoce como la ley de Brandolini y reza así: “La cantidad de energía necesaria para refutar una estupidez es muy superior a la que se necesita para producirla”. Parece ideal para describir la espiral de la política española, que ha saltado del delirio catalán –casi un enfrentamiento civil– a la diatriba salvaje provocada por la crisis del coronavirus. En pocas palabras: el Gobierno entre socialistas y podemitas, forzado tras la debacle de Sánchez I, el Insomne en la segunda repetición electoral, niega ser responsable de las muertes y la debacle económica provocada por la pandemia, pero se ha acostumbrado, con la coartada del estado de alarma, a gobernar por decreto, criminalizar las críticas y relativizar la tragedia para sobrevivir a la tempestad. La oposición que forman PP y Vox –Cs vuelve a situarse en tierra de nadie–, en cambio, ha declarado la guerra absoluta a la Moncloa y, en lugar de presentar una moción de censura –que perderían–, agitan las calles en una suerte de insumisión contra las resoluciones gubernativas, que presentan como un ataque frontal contra las libertades.

Los Aguafuertes en Crónica Global.

Las izquierdas sin brújula

carlosmarmol · 23 mayo, 2020 · Deja un comentario

Las inmisericordes leyes de la sequía establecen que a medida que va quedando menos agua en el último oasis más cocodrilos aparecen en la charca. Parece una frase rotunda, pero es la que más se aproxima a la situación de las (supuestas) izquierdas en la Marisma más de un año después de que, por aquella milagrosa carambola, el Reverendísimo Bonilla y el Adelantado Marín, apoyados desde fuera por los ultramontanos de Vox, se coronaran a sí mismos como nuevos monarcas de Il Quirinale. Desde entonces, en la Marisma vivimos la sagrada hora del escabeche: un cambio (sin cambio) que, salvo en materia de urbanismo, donde los negocios son los negocios y todos los gatos son negros, ofrece justo lo contrario de lo que prometió.Los arrepentimientos de las derechas reunidas a lo largo de este tiempo han sido numerosos y más que suficientes para que la oposición parlamentaria -esa ligazón entre los restos del peronismo rociero (en sus últimos días) y el koljós de la Violeta Rodríguez- hubiera puesto en aprietos la estabilidad del bipartito. La laguna, sin embargo, está en calma.

Las Crónicas Indígenas en El Mundo.

Andalucía resucita el Monopoly

carlosmarmol · 22 mayo, 2020 · Deja un comentario

Los arquitectos contemporáneos, que son un gremio que suele tener un excelente concepto de sí mismo, apelan con frecuencia a la emoción como uno de los factores trascendentes a la hora de hacer su trabajo, similar al de un dios terrestre: alterar el mundo; a veces, aspirando a crear un paraíso artificial. Buscan así equiparar la creación de edificios con la poesía, la primera de las artes antiguas, donde el ritmo y la precisión verbal logran el milagro de reproducir una experiencia íntima gracias a la magia de las palabras. En comparación con la arquitectura, el urbanismo es un oficio vulgar. Rara vez ha disfrutado del afecto de los grandes líricos. Más bien se considera un monopolio de contables y técnicos. Alejandro de la Sota escribió en 1954 un hermosísimo texto –Arquitectura posmoderna– donde explica que los arquitectos hacen arquitectura “con la misma actitud de Sócrates al tomar la cicuta: para conocerla, para saber ‘qué es’, igual que se aprende a ir en bicicleta o se resuelve un rompecabezas”. La ordenación territorial en España, en cambio, se practica para averiguar ‘cuánto’. Nuestras ciudades y paisajes no son fruto de nuestros deseos. Más bien son la consecuencia de decisiones económicas –que sólo después se tornan políticas– cuya característica es dar justo lo contrario de lo que prometen.

Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.

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Ilustraciones: Daniel Rosell