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Periodismo

Jean Daniel, la ‘grandeur’ socialdemócrata

carlosmarmol · 29 febrero, 2020 · Deja un comentario

Jean Daniel Bensaïd (Blida, 1920-París, 2020) construyó su biografía (vital primero; intelectual después) a partir de un oxímoron y gracias a una leyenda. El oxímoron lo componen dos palabras, en apariencia contradictorias: periodismo progresista. Equivalente a su adjetivación opuesta: periodismo conservador. La leyenda, que adquirió bastante pronto la condición de mito, nos habla de un pretérito lejano donde conviven un proverbial mal genio, la devoción fraternal por Albert Camus, su condición de combatiente en la Segunda Guerra Mundial –desembarco en Normandía incluido– y la fundación del Le Nouvel Observateur, un prestigioso semanario de actualidad política –sí, eran otros tiempos– que entonces marcaba la agenda europea y, al menos para la izquierda ilustrada francesa, fue uno de sus particulares evangelios (laicos). La Biblia de cierta forma de entender la grandeur. En realidad, la historia de Daniel, fallecido esta semana con el reconocimiento general propio de un vino centenario, un caldo gran reserva, impecable dentro de sus ternos señoriales, coqueto cada vez que gastaba sombrero, particularmente sensible a los elogios y longevo tras una vida generosa, es mucho más simple: entre la epopeya y la admiración, lo que había es nada más –y nada menos– que un hombre culto e inteligente que, viniendo del África francesa –nació en Argelia en una familia hebrea– estuvo presente en las grandes diatribas políticas de su tiempo y, en cierto sentido, traspasó esa frontera invisible que diferencia a aquellos que miran la Historia (desde fuera) y quienes (desde dentro) la protagonizan.

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¡Vivan los años setenta!

carlosmarmol · 1 febrero, 2020 · Deja un comentario

Todo lo que sube, desciende. El idealismo, en cualquiera de sus variantes, conduce antes o después al prosaísmo. El principio mecánico que alimenta esta ley es indudablemente físico, pero también de índole cultural. Quizás por eso a los años sesenta del pasado siglo XX, ese extraordinario tiempo (pasajero) en el que parecía que los sueños podían transformar el mundo, cuando sucedía la gran revolución de la cultura popular en Occidente, triunfaba la lucha por los derechos civiles y se extendían por todas las clases sociales, igual que un fluido ambiental, las hermosas reivindicaciones hippies, que ofrecían un falso paraíso sin agua corriente lleno de paz, drogas y sexo (con flores en el pelo), dieron paso, en la década posterior –los caóticos setenta– a un universo marcado por el deterioro social y económico, el desengaño y la irrupción dentro del cuadro colorista previo de la vulgaridad como destino.

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Los clásicos del periodismo alemán

carlosmarmol · 13 octubre, 2019 · Deja un comentario

Hablar de los periodistas como si fueran autores clásicos tiene algo de oxímoron: a primera vista parece imposible que puedan cohabitar en una misma materia –el amarillento papel que cobijan los insignes depósitos de las hemerotecas– la condición efímera de los diarios, que es la naturaleza genética del periodismo, con la necesaria perdurabilidad que se le exige a cualquier escritor modélico. Y, sin embargo, sucede con una frecuencia que no diremos que sea constante, pero sí categórica. Sobre todo a lo largo de la historia más reciente, cuando los géneros (y los intereses en conflicto) todavía sabían diferenciar (y por tanto manejarse) entre el negocio y la verdad, la ética y la estética. De ese universo perdido para siempre –los periódicos son ya otra cosa distinta, líquida y fragmentaria– nos habla La eternidad de un día, una excelente antología de artículos y gacetillas pasajeras que el germanista Francisco Uzcanga Meinecke hizo hace tres años para la editorial Acantilado, madre y maestra de la cultura con mayúsculas. En ella palpitan, vivas como el primer día, algunas muestras ejemplares del periodismo que contó –por métodos diversos, casi siempre brillantes– la Europa que discurre entre 1823 y 1934, desde las postrimerías de la célebre batalla de Waterloo a la llegada del nacionalsocialismo a la cancillería en la antigua Prusia. Una centuria larga que condensa todo el brillo y el horror de la historia de Europa central, aquella que desde el Sur llamamos el Norte.

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Chesterton, el cielo cargado de estrellas

carlosmarmol · 28 septiembre, 2019 · Deja un comentario

Chesterton ha pasado a la historia de la cultura popular por dos cosas: ser un escritor católico (por convicción, puesto que nació en una familia anglicana por conveniencia), y sacarle más partido que nadie a las paradojas, que no son la suma de dos ideas opuestas, sino la síntesis perfecta de la realidad, esa señora que se permite el lujo de despreciar nuestros deseos y ser contradictoria por naturaleza. Ambos son privilegios divinos. Sin conocer estos dos datos no puede entenderse por completo el colosal genio que guía sus escritos, multiplicados ad infinitum porque, dado que los estudios no se le dieron muy bien en su juventud, decidió, como muchos otros hombres sin oficio ni beneficio, dedicarse a las galeras del periodismo. Un absoluto desperdicio intelectual, según la opinión del poeta W.H. Auden, responsable de la antología de piezas en prosa –Ensayos escogidos– que ha dado a la imprenta, con la excelencia que acostumbra, la editorial barcelonesa Acantilado, que junto a la sevillana Renacimiento –el falansterio de Abelardo Linares– son las responsables del milagro de devolver cada cierto tiempo a los anaqueles de las librerías, nuestras otras tabernas preferidas, la obra del atorrante escritor inglés, llena de la sanísima impertinencia de aquellos que se sitúan por encima de las etiquetas ajenas.

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Wolfe contra los darwinistas

carlosmarmol · 14 septiembre, 2019 · Deja un comentario

No es muy frecuente, pero hay escritores​ que hasta cuando están con un pie en el estribo, aunque uno nunca sepa con certeza cuándo llegará la mala hora, desprenden ese regalo de los espíritus libres que es el joie de vivre(la alegría de existir), esa forma de hedonismo intelectual cuya manifestación más evidente es la inteligencia irónica. La mirada ante el mundo. La perspectiva irremplazable del sujeto. Tom Wolfe, uno de los grandes periodistas contemporáneos, célebre por su personaje de eterno gentleman, el último bisonte blanco del periodismo norteamericano, murió hace poco más de un año, iniciando el incierto viaje hacia esa forma de gloria (efímera) que los antiguos llamaban el Parnaso.

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Ilustraciones: Daniel Rosell